De cómo el aspecto de Íllora puede y debe influir en el turismo
Verano de 2010, visita guiada al Castillo de Íllora. Les sitúo mi posición para que se ubiquen. Erguido y ubicado en el lado más alto, justo en la cara del Castillo que quedaría de frente a la Iglesia. Tras unos minutos observando el increíble paisaje con la Sierra de Parapanda de testigo, el estupendo guía que nos amenizaba la visita se me acerca: “Eso que ves ahí en frente ¿verdad que se parece al Albaicín o al Sacromonte? ¡Es como un pequeño Albaicín!” Se refería a la vista y a la estructura que presentaban todas las hileras de casas y sus diversos jardines desde aquella perspectiva. Tras unos segundos de reflexión, contesté afirmativamente a su pregunta. Verdaderamente aquella vista recordaba muchísimo a ambos barrios granadinos.
Aquella vista y, sobre todo, aquel momento de reflexión sobre la fisonomía de las casas y su apariencia, me hizo recorrer el camino a casa dándole vueltas a aquello. Si les he de ser franco, todavía continúo dándole vueltas a dicha cuestión, es por eso que me he planteado escribir un artículo relacionado con ello, y sobre todo, el pulsar su opinión al respecto. ¿Puede ser Íllora visitado como el Sacromonte o el Albaicín? ¿Es un atractivo más la arquitectura del pueblo?
Por todos es conocido que la apuesta por el turismo en Íllora ya es una realidad. Ahora bien, ¿el aspecto de las casas y las calles de Íllora juegan un papel importante en ese turismo? Para mí la respuesta es que sí.
Analicemos la cuestión con un poco más de detalle. Cuando uno se plantea visitar un pueblo como Íllora, ¿qué espera encontrarse? Podríamos catalogarlo como una de esas excursiones a “un pueblo con encanto” ¿no? Pues bien, que hace uno cuando visita un “pueblo con encanto”. Una vez visitados los monumentos más destacados que pueda tener, una de las rutas obligatorias es pasear por las calles del pueblo. Piensen en los millones de turistas que recorren el Sacromonte cada año, todos y cada uno de ellos patean religiosamente todas y cada una de las abruptas calles del barrio granadino.
Si llegamos a la conclusión de que el turista, entre muchas otras cosas, viene buscando recorrer nuestras empinadas y atractivas calles, ¿tendremos que tenerlas en perfecto estado de revista? Evidentemente sí. Por lo tanto, propongo que el aspecto de las casas y calles sea un aspecto, tanto o igual de importante que otras cosas relacionadas con el turismo ilurquense: Castillo, Iglesia, Sierra, etc.
Es una cosa que no deja lugar a dudas, que a nadie se le puede obligar o decir cómo o de qué color debe tener su casa. Ni tampoco si debe o no debe tener flores adornando su balcón. Cada uno es libre de hacer lo que quiera. Pero… ¿y el orgullo de tener la casa más bonita de Íllora? ¿O el orgullo de tener el mejor patio de todos? Desde aquí apelo al compromiso de todos los vecinos. Como hemos comentado otras veces, para que el turismo funcione o no funcione, no sólo depende de los políticos. El turismo también lo hacen los vecinos, más si cabe, si aspiramos a comer de ello también. No hay mejor motivo que ése, señores.
Se me ocurren multitud de ideas para darle importancia a este tema. Como bien decía, la primera es la iniciativa privada. Soy parte del turismo, pues mi casa y mi calle también. La segunda es darle un carácter oficial. Ya existen pueblos que regulan y legislan al respecto.
Otra idea que se me viene a la cabeza es ligarlo a un acto festivo. ¿Por qué no instaurar el premio anual a la mejor casa de Íllora? Francamente, no haría falta invertir mucho y ese pequeño punto de competitividad siempre da mucho juego. Me consta que en municipios como Ronda se celebra anualmente un concurso al respecto. Si no han tenido ocasión de visitar Ronda, les animo a visitarla, verán como lucen sus calles y casas. Lucen precisamente por ello, porque saben que son importantes para el turismo. Son un atractivo más. Su Ayuntamiento vela escrupulosamente por ello y pone además todos los medios para que no haya ni un ápice de suciedad en sus calles. Para que un pueblo luzca así se han de unir esas dos voluntades, la privada y la pública. Vecino de Íllora, ¡su civismo y concienciación son fundamentales para esta causa!
Para finalizar les animo a darse un paseo por nuestras calles. Aprovechen estos días de Semana Santa si van siguiendo alguna de las procesiones. A mí es una cosa que me gusta mucho hacer cuando visito Íllora. Tenemos unas casas preciosas, algunas ya están impecables, otras se les ve que tienen un potencial enorme. Tenemos una estructura arquitectónica muy peculiar y atractiva para el turismo, vamos a sacarle rendimiento.
Aprovecho para desearles una feliz Semana Santa, sobre todo que el tiempo nos respete y ya lo saben, piensen y reflexionen este puñado de líneas que acaban de leer… ¿Se apuntarían al I Concurso de Casas y Patios de la Villa de Íllora? Espero sus opiniones en el blog o en Facebook.
Juan Ruiz Coca
facebook.com/sosillora
Verano de 2010, visita guiada al Castillo de Íllora. Les sitúo mi posición para que se ubiquen. Erguido y ubicado en el lado más alto, justo en la cara del Castillo que quedaría de frente a la Iglesia. Tras unos minutos observando el increíble paisaje con la Sierra de Parapanda de testigo, el estupendo guía que nos amenizaba la visita se me acerca: “Eso que ves ahí en frente ¿verdad que se parece al Albaicín o al Sacromonte? ¡Es como un pequeño Albaicín!” Se refería a la vista y a la estructura que presentaban todas las hileras de casas y sus diversos jardines desde aquella perspectiva. Tras unos segundos de reflexión, contesté afirmativamente a su pregunta. Verdaderamente aquella vista recordaba muchísimo a ambos barrios granadinos.
Aquella vista y, sobre todo, aquel momento de reflexión sobre la fisonomía de las casas y su apariencia, me hizo recorrer el camino a casa dándole vueltas a aquello. Si les he de ser franco, todavía continúo dándole vueltas a dicha cuestión, es por eso que me he planteado escribir un artículo relacionado con ello, y sobre todo, el pulsar su opinión al respecto. ¿Puede ser Íllora visitado como el Sacromonte o el Albaicín? ¿Es un atractivo más la arquitectura del pueblo?
Por todos es conocido que la apuesta por el turismo en Íllora ya es una realidad. Ahora bien, ¿el aspecto de las casas y las calles de Íllora juegan un papel importante en ese turismo? Para mí la respuesta es que sí.
Analicemos la cuestión con un poco más de detalle. Cuando uno se plantea visitar un pueblo como Íllora, ¿qué espera encontrarse? Podríamos catalogarlo como una de esas excursiones a “un pueblo con encanto” ¿no? Pues bien, que hace uno cuando visita un “pueblo con encanto”. Una vez visitados los monumentos más destacados que pueda tener, una de las rutas obligatorias es pasear por las calles del pueblo. Piensen en los millones de turistas que recorren el Sacromonte cada año, todos y cada uno de ellos patean religiosamente todas y cada una de las abruptas calles del barrio granadino.
Si llegamos a la conclusión de que el turista, entre muchas otras cosas, viene buscando recorrer nuestras empinadas y atractivas calles, ¿tendremos que tenerlas en perfecto estado de revista? Evidentemente sí. Por lo tanto, propongo que el aspecto de las casas y calles sea un aspecto, tanto o igual de importante que otras cosas relacionadas con el turismo ilurquense: Castillo, Iglesia, Sierra, etc.
Es una cosa que no deja lugar a dudas, que a nadie se le puede obligar o decir cómo o de qué color debe tener su casa. Ni tampoco si debe o no debe tener flores adornando su balcón. Cada uno es libre de hacer lo que quiera. Pero… ¿y el orgullo de tener la casa más bonita de Íllora? ¿O el orgullo de tener el mejor patio de todos? Desde aquí apelo al compromiso de todos los vecinos. Como hemos comentado otras veces, para que el turismo funcione o no funcione, no sólo depende de los políticos. El turismo también lo hacen los vecinos, más si cabe, si aspiramos a comer de ello también. No hay mejor motivo que ése, señores.
Se me ocurren multitud de ideas para darle importancia a este tema. Como bien decía, la primera es la iniciativa privada. Soy parte del turismo, pues mi casa y mi calle también. La segunda es darle un carácter oficial. Ya existen pueblos que regulan y legislan al respecto.
Otra idea que se me viene a la cabeza es ligarlo a un acto festivo. ¿Por qué no instaurar el premio anual a la mejor casa de Íllora? Francamente, no haría falta invertir mucho y ese pequeño punto de competitividad siempre da mucho juego. Me consta que en municipios como Ronda se celebra anualmente un concurso al respecto. Si no han tenido ocasión de visitar Ronda, les animo a visitarla, verán como lucen sus calles y casas. Lucen precisamente por ello, porque saben que son importantes para el turismo. Son un atractivo más. Su Ayuntamiento vela escrupulosamente por ello y pone además todos los medios para que no haya ni un ápice de suciedad en sus calles. Para que un pueblo luzca así se han de unir esas dos voluntades, la privada y la pública. Vecino de Íllora, ¡su civismo y concienciación son fundamentales para esta causa!
Para finalizar les animo a darse un paseo por nuestras calles. Aprovechen estos días de Semana Santa si van siguiendo alguna de las procesiones. A mí es una cosa que me gusta mucho hacer cuando visito Íllora. Tenemos unas casas preciosas, algunas ya están impecables, otras se les ve que tienen un potencial enorme. Tenemos una estructura arquitectónica muy peculiar y atractiva para el turismo, vamos a sacarle rendimiento.
Aprovecho para desearles una feliz Semana Santa, sobre todo que el tiempo nos respete y ya lo saben, piensen y reflexionen este puñado de líneas que acaban de leer… ¿Se apuntarían al I Concurso de Casas y Patios de la Villa de Íllora? Espero sus opiniones en el blog o en Facebook.
Juan Ruiz Coca
facebook.com/sosillora

Efectivamente, el resultado de la encuesta era irrisorio.
ResponderEliminarHola
ResponderEliminarEn septiembre voy a trabajar a Íllora y, a pesar de que sea forastero, la idea que propone este señor es de recibo. Pero, a veces, los andaluces no miramos por nuestro patrimonio, y nuestras costumbres en la calle dejan mucho que desear(colillas, papeles, esputos, botellas, chicles, ruido...)
Por eso, casas y calles deben lucir, primero para el disfrutes de los habitantes de Íllora, y luego para todo el que nos visita.
Saludos cordiales.